San Roque es la imagen central de la Fiesta Grande de Tarija. Todo gira alrededor de él. Pero se encuentra perdido y debes buscarlo a un lado para poder rezarle, saludarlo o apromesarte.
ECOS DE TARIJA – El País Tarija 06-05-2022
Daniel Vacaflores
Yo lo vi a San Roque en el altar mayor, solo que San Roque no estaba ahí. Su ausencia era palpable. La que estaba en el lugar que había sido construido para alojar su imagen era la virgen del Carmen. Pero no fueron los Carmelitas los que desplazaron a San Roque del altar mayor y entronaron allí a su santa patrona. El padre Garvin, párroco de San Roque, me señala que antes de la virgen del Carmen en el altar mayor estaba la virgen de Fátima. No conozco cuál fue la situación anterior a la construcción del altar mayor en 1952-1955, ni cómo fue que la que terminó en el sitial de honor haya sido la virgen de Fátima y no el dueño de casa. Pero me parece evidente que este espacio central estaba destinado a alojar la imagen de San Roque. En cambio, quedó relegado al lugar secundario que ocupa ahora, en la nave derecha y alejado del altar mayor. ¿Se ubican cómo cada año se tienen que hacer malabares para hacerle un altar provisional a San Roquito en la nave central, para que toda la gente lo pueda ver?
Recuerdo cómo me hicieron notar que en el altar mayor de San Roque no había ningún Cristo. ¡A mí me sorprende que no haya ningún San Roque! Al intercambiar las imágenes, los padres franciscanos introdujeron una contradicción fundamental en el sistema simbólico de la iglesia de San Roque. Puedo comprender que luego los carmelitas hayan escogido a su madre patrona, la virgen del Carmen, para el altar mayor. Eso no cambia nada la idea de que con ello se estaba rompiendo la lógica simbólica de San Roque. Ahora que es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, creo hora de resolver este dilema.
San Roque es el símbolo ritual mayor de la iglesia y de la fiesta de San Roque. Esto se observa en todos los elementos rituales de la fiesta, tanto actual como histórica, dentro y fuera de la ciudad. San Roque es el eje central de la totalidad que nosotros como tarijeños festejamos en septiembre.
Hace un tiempo se consideró la apertura de una brecha en la pared del nicho de San Roque para abrir un paso hacia la sala posterior, con la intención de construirle un nuevo nicho, más amplio, donde la población devota pueda visitarlo. Este proyecto no se llevó a cabo debido a que el Colegio de Arquitectos de Tarija se opuso al daño que se le haría a una pared portante de un monumento histórico y patrimonio arquitectónico como este. Mas allá de las implicaciones arquitectónicas, a mí me parece evidente que el mismo padre Garvin sintió que el actual nicho de San Roque es inadecuado para albergar al santo.
La solución directa es devolver la imagen de San Roque a su puesto central en el altar mayor de su iglesia. ¿Pero qué hacemos con la virgen del Carmen? Puedo comprender que los carmelitas quieran tenerla en el altar mayor. ¿Cómo resolver este dilema?
Se resuelve muy fácilmente. San Roque debe ir en el nicho que fue construido para él en el altar mayor y la virgen del Carmen debe acompañarlo. Se me ocurren dos maneras para ello. La una es ampliar el altar mayor para albergar un segundo (o tercer, ver más adelante) nicho. El altar mayor de San Roque es un monumento histórico y se debe preservar. Está construido como una pieza independiente de los muros de la iglesia, dejando a los lados espacios vacíos cubiertos por cortinas. Son estos espacios los que se pueden utilizar para ampliar el altar mayor, tal vez con arcos o puertas para el acceso a la parte posterior, permitiendo una estructura de soporte para la construcción de uno o dos nichos de compañía al nicho central de San Roque. Digo dos, porque la otra figura que falta en el altar mayor de la iglesia es la imagen de Cristo. Lo mismo que San Roque, la imagen de Jesucristo en la actualidad se encuentra aislada en la nave izquierda, fuera de la vista de la nave central desde donde se hace la misa. Y si se va a construir uno, se pueden construir dos.
La segunda opción es no ampliar el altar mayor, sino colocar las dos imágenes en la pared blanca del fondo, a la misma altura de San Roque y con la mirada dirigida hacia él. En este caso se puede utilizar la pared blanca como lienzo para pintar el Monte Carmelo a los pies de la Virgen, y del Calvario a los pies de la cruz de Cristo. Es importante no alterar ninguno de los elementos decorativos patrimoniales del muro posterior, incluyendo el marco dorado superior y el mural de la bóveda. Pero la pared blanca puede muy bien ser utilizada para una innovación de este tipo. De esta manera tendríamos un triduo místico, al mismo tiempo que se recupera el lugar histórico de la imagen de San Roque en el altar mayor de su iglesia en la ciudad de Tarija.