El 6 de junio es el Día del Maestro en Bolivia. Dos maestras, cada una con más de 30 años de labor, cuentan sobre el proceso de enseñanza en el país.
(Página Siete – 06-06-2022) Ellos no son alumnos, son como hijos… y los profesores lo saben. Dos educadoras cuentan sus experiencias en el pizarrón y detrás de una pantalla en la formación virtual. Lo que no cambia es el esfuerzo por enseñar. Cada 6 de junio se celebra el Día del Maestro; es un reconocimiento a quienes forman a las futuras generaciones.
Ambas llevan más de 30 años de carrera y formaron a miles de personas en las ciudades de La Paz y Tarija. En la actualidad tienen a estudiantes que vienen con la extensión del celular y que han sido descritos como parte de la “generación de cristal”.
El cariño de las profesoras
En Tarija hay una leyenda con pinceladas de verdad, o una verdad con pinceladas de leyenda: la mayoría aprendió matemáticas, física y química gracias a la profesora Fátima Torrejón Gallardo viuda de Belmonte.
La profesora, quien es de sonrisa fácil, habla de los más de 40 años enseñando y dice que cada vez que ve a un alumno en la calle siente sincera emoción.
“Son como hijos nuestros. Uno los ve y se acuerda del nombre y hasta dónde se sentaban. Me encanta encontrarme con mis estudiantes, y me emociono desde que me saludan. Digo ‘por Dios, qué lindos que son’”.
La maestra recuerda que formó generaciones de campeones en matemáticas, física y química; sus alumnos lograron becas y ahora radican en otros países.
“Varios de mis estudiantes están en otros países, hay cuatro en Praga (capital de la República Checa), otro en España, otros en Francia, algunos en Estados Unidos y en México; ellos pertenecían a grupos olímpicos”.
Ese mismo cariño tiene la profesora María Elizabeth Sánchez Quiroga. Ella ama el oficio que ha elegido. Es profesora y directora del kínder Corazón de María, ubicado en Miraflores de la ciudad de La Paz. Su labor diaria de ayudar a los niños a distinguir colores o a aprender actitudes positivas no la cansa.
“Ya hemos perdido la cuenta de a cuánta gente hemos ayudado a formar, pero le podría decir que, por ejemplo, ya tenemos segundas generaciones. Son hijitos de nuestros alumnos que vienen ahora a pasar clases con nosotros”, explicó la educadora que en su adolescencia era una girl scout. Ayudaba a sus compañeras en las actividades extraescolares y… lo disfrutaba.
“Crecí en un entorno familiar con mucho amor hacia los niños. Desde temprana edad tenía claro lo que quería hacer, educar y formar a niños. Soy la hermana del medio y tengo un hermano mayor que es doctor y mi hermana menor que es comunicadora social; por mi parte siempre he tenido el llamado de ayudar y luego esto de enseñar”, recordó.
Tuvo la oportunidad de formarse académicamente en el extranjero. Pasó clases de Estimulación Temprana para Niños en Edad Preescolar. Al retornar al país estudió licenciatura en psicopedagogía, continuó con diplomados y después fundó el Corazón de María, allá por 1990.
En el kínder se nota el cariño de los alumnos con ella. Sus niños la saludan y la abrazan con ternura. Comentó que en la institución no sólo se imparte educación académica, también se forman valores personales y religiosos.
La mayor parte del tiempo, ella y el cuerpo docente del Corazón de María se divierten con las ocurrencias de los niños. Suelta una sonrisa cuando recuerda una anécdota reciente: “Nosotros ofrecemos formación espiritual y les enseñamos rezos. Hay uno que es así: ‘Niñito de Praga humilde, te pido me ampares y me libres de todo peligro, amén’. Entonces un niño había ido a la casa y oró: ‘Niñito de playa, humilde pepino…’ y la mamá nos dijo que estaba orando así”. A fin de cuentas, los niños son muy creativos.
Ellos suelen tener a los profesores como la voz más importante de sus vidas. “Si les dicen cómo hacer algo y los papás les indican de otra manera, ellos siempre responden ‘la profesora tiene razón, ella enseña así’”.
Educación virtual
La profesora Fátima dio clases durante cuatro décadas en instituciones tarijeñas y tiene un cofre de recuerdos con sus alumnos. Cuando se preparaban para la Olimpiada de Matemática, ella prácticamente convivía con sus alumnos. Cocinaban y comían juntos. Incluso viajaban a los concursos en los cuales sus estudiantes demostraban las habilidades que tenían con los números.
Eso sí, de estos recuerdos, ella tiene uno que hasta ahora le mueve el piso. “Estábamos en Perú, en Tacna, y uno de los chiquitos estaba sentado frente al mar. De pronto me dice ‘profesora, profesora, sáqueme una foto feliz’. Él se sentía feliz y quería mostrarse así en la fotografía”.
La profesora se dedica a dar clases virtuales. Antes estaba frente a cursos numerosos y hoy en día enseña de manera individualizada. “Imagínese son 40 años, he tenido que aprender y enseñar a varias generaciones. Ahora nos tocan de alumnos los hijos y hasta los nietos de nuestros anteriores estudiantes”.
Continúa: “Estoy dando de clases uno en uno y te sale una belleza la clase porque te dedicas exclusivamente al problema que tiene ese estudiante. Re bonito está y creo que no voy a volver a la otra modalidad (presencial); feliz estoy así”.
La maestra explicó que los alumnos de antes eran más traviesos. Agregó: “Eran más creativos para sus juegos, eran más amenos y al menos charlaban entre ellos. Jugaban y se divertían entre ellos”.
La profesora Elizabeth también habla con nostalgia. “Las generaciones anteriores tenían otras costumbres. Las familias tenían la oportunidad de almorzar juntos, pasar los fines de semana juntos, hacer muchas actividades compartidas. Ahora los padres entregan al niño el celular o la tableta y ésa es su compañía”.
Eso sí, las maestras valoran que ahora los alumnos tienen mayores habilidades tecnológicas. Ellas siguen enseñando con mucho amor y paciencia, pues ahora deben ayudar a la “generación de cristal” a brillar más y mejor en el futuro.
Modesto Omiste Tinajeros, el educador
El 6 de junio se celebra El Día del Maestro en Bolivia. Esta fecha fue establecida en el gobierno del presidente Bautista Saavedra, el 24 de mayo de 1924.
La conmemoración se realiza en honor al profesor Modesto Omiste Tinajeros, quien es considerado el “padre de la educación en Bolivia”. Omiste nació en la ciudad de Potosí, el 6 de junio de 1840. Durante años se dedicó a mejorar la educación en el país, creó varias escuelas y defendió a ultranza el derecho a que los alumnos tengan una enseñanza gratuita.
Omiste fue un hombre multifacético con aptitudes académicas notables. Egresó del Colegio Nacional Pichincha e ingresó a estudiar abogacía en la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca. Se tituló a los 20 años. Además era periodista y político; también dominaba los idiomas inglés y francés.
Fue un escritor importante de su época (hizo un texto sobre la historia de Bolivia) y se destacó por su incursión en el ámbito político, fue del bando liberal.
Tenía clara su visión del sistema educativo. Una frase que lo retrata académicamente es: “Nunca dejaremos de ser esclavos mientras no sepamos hacernos libres por la cultura”.
Omiste falleció en 1898 y en su honor se conmemora a los maestros bolivianos.
“Doy clases de uno en uno y te sale una belleza la clase porque te dedicas exclusivamente al problema que tiene ese estudiante”.
Profesora Fátima
“Ya tenemos segundas generaciones. Son hijitos de nuestros alumnos que vienen ahora a pasar clases con nosotros”.
Directora Elizabeth