EL PAIS – ECOS DE TARIJA – DANIEL VACAFLORES – 22-07-2022
Daría la impresión de que nunca antes se movió tanta energía para la fiesta de San Roque. Es de prever que esta fiesta será enorme. ¡Y recién estamos comenzando!
Hace apenas unas semanas atrás tuve uno de eso días en los que no me entendía. Estaba en una hermosa feria cultural seguida de un encuentro de poetas; tenía que conversar con el dueño del boliche para ver de reactivar el Ají de Letras, me había visto con muy buenos amigos y el héroe de mi infancia Julio Barriga me esperaba para tomarnos un vino y conversar un rato. La noche se hacía larga, pero ya era demasiado y yo me quería ir a dormir. Al día siguiente tenía una reunión con los chunchos de San Lorenzo; además mis wawas llegaban en la mañana de Samaipata y quería verlas. Era demasiado como para trasnocharse, aunque sea humildemente. Estaba en eso, tratando de relajarme mientras escuchaba poesía, cuando me llama don Javier Vaca de San Lorenzo, para pedirme que mañana lleve mis últimos libros, que había un par de chunchos que querían comprarlos. ¡Genial! El problema era, claro, que tenía que ir a buscarlos, y eso significaba tiempo que no tenía. Tenía que ir a recogerlos por la mañana, pero no podía ir tempranito porque quería esperar primero a que lleguen mis wawas, y no podía hacerlo después si no quería llegar tarde a la reunión de los chunchos que tanto me emocionaba. “No lo puedo creer”, le dije a Sadid, un amigo que estaba vendiendo en el Pata y Perro, “Nunca me imaginé que pudiera sufrir tanto porque me pasen puras cosas buenas”.
Me comprometí tanto con los chunchos de Erquiz como con los de San Lorenzo para ayudarles a reconstruir su historia. Estoy ayudándole a don Fernando Soto para que saque su libro sobre la Fundación de Tarija, además de que estoy pataleando para sacar mis propios libros sobre la historia del Lazareto de Tarija y sobre los orígenes prehispánicos de los chunchos promesantes. Pero también tengo que reorganizar el Ají de Letras y salir a vender libros, porque de algún lado tengo que producir plata; este año por fin voy a ir a la Feria Internacional del Libro en La Paz; a mi tía le debo su libro y la corrección de un par de artículos científicos para otros sendos camaradas. Esa misma noche uno de los chunchos de San Roque me pilló en la calle y me dijo que vaya a ayudarles a organizar todo. ¡Huy caramba!
No es que alguna vez deje de trabajar sobre San Roque. Desde hace varios años que estoy permanentemente enganchado. Si no es un libro es una Ley; si no es una presentación es una entrevista; y si no es que si estoy investigando estoy escribiendo. San Roque no me da pausa. Como investigador no me podría estar yendo mejor, pero estoy bastante sobre exigido. ¡Cómo quisiera que llegue el día en el que se haya escrito todo sobre San Roque y ya no me quede nada por decir! Ese será el día en el que me siente a disfrutar del atardecer sin preocuparme de nada. Ya va a llegar ese día. Pero por ahora solo podemos apretarnos el cinturón y seguir remando para adelante.
Porque no soy el único. Todo el mundo está trabajando para hacer de esta fiesta la mejor fiesta de la historia. Los chunchos, la parroquia, los vecinos, el comité de postulación, los investigadores, los artistas, los artesanos, las empresas, el periódico, los periodistas, la alcaldía, la gobernación, el ministerio, la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, la escuela de música, los chunchos de San Lorenzo, los chunchos de Erquiz, los chunchos de Villamontes… Todos, absolutamente todos están metiéndole ganas. Y eso no es poco. No se puede hacer todo en el mes que nos queda, seguro que van a haber muchas salvas. Pero todos están trabajando al unísono; todos están sintiendo el llamado de San Roque. Y ese es un llamado poderoso.
Porque San Roque es un amo exigente. Y no es solo porque ha crecido mucho y ahora hay que prepararle su fiesta como se lo merece, sino que hay que resolver todos los pendientes y hacer lo que nunca se hizo: revisar la historia, diversidad, interculturalidad, las tradiciones campesinas, la participación de las mujeres, la tradición y la modernidad, incluir a la fiesta de San Roque en el proceso educativo tarijeño, difusión y conocimiento, museos y archivos, turismo como experiencia inmersiva, etc.
Para todo esto es importante fortalecer las estructuras internas de la fiesta (Comité Interinstitucional, Asociación de Chunchos y Comité de Salvaguarda) y asegurar la participación activa de los diferentes niveles del Estado (municipio, gobernación y ministerio de culturas) además de la misma UNESCO. A pesar de esto no puedo dejar de sorprenderme cuánto camino se recorre de manera personal y con la gente de base. Estamos teniendo un impacto enorme en la Fiesta Grande de Tarija. Y es que San Roque no nos da pausa y nos sigue jalando para adelante.