Edición Digital – El Periódico -18 noviembre, 2022
La alcaldía municipal está discutiendo con el sector gremial la ubicación de la tradicional feria de Navidad. Para variar, los comerciantes quieren que sea en el barrio Fátima de la ciudad de Tarija, zona residencial y populosa, con arterias importantes que influyen bastante en el tráfico vehicular y en la fluidez que se pueda tener en el día a día.
Es importante que el municipio se mantenga firme y haga respetar el principio de autoridad, ya que ceder ante las presiones de organizaciones de esta naturaleza, sólo ocasionará que cualquier pedido se convierta en exigencia y luego en una especie de derecho adquirido sobre las calles y avenidas de esta urbe.
No se puede permitir que sigamos como hace 20 o 15 años atrás, con este tipo de eventos que convierten la ciudad en un basural y en un gran mercado persa, generando desorden, caos y congestión. Por si fuera poco, en una época en la que llegan miles de visitantes a descansar y no a encontrarse con problemas y situaciones de las que tal vez están huyendo.
No es que no hayan otros lugares, por supuesto que los hay pero nuestros gente está tan mal acostumbrada que quiere pasar por encima de todo y de todos. Similar situación se presenta en Comadres y Compadres con la venta de tortas, para el día de la Madre y hasta en los mercados, muchos de ellos están casi vacíos porque los comerciantes no quieren ocupar puestos que estén lejos de los ingresos o en un segundo piso, ya que dicen que no hay ventas que les permita generar los recursos que necesitan. En otras palabras, todos quieren estar primeros en la fila y tratando de imponer lo que ya sabe a capricho.
Veremos en qué termina esta pulseado entre el alcalde Johnny Torres y los feriantes, esperemos que “el quedar bien” y la demagogia no se impongan, aplastando lo que es mejor para la ciudad y el ciudadano. No es tiempo de campaña electoral, es momento de demostrar lo que tanto se anunció y prometió.