Carlos Sainz vestirá de rojo Ferrari dos años más. El piloto de 27 años amplía su vinculación con el equipo italiano dos temporadas más. El madrileño ha conseguido cuatro podios en 22 carreras con Il Cavallino rampante. El que no corre vuela es un refrán aplicable a muchos campos y también a la Fórmula 1, donde no siempre gana el más rápido, sino el más pillo, o el que es capaz de generar a su alrededor la atmósfera más propicia para maximizar su potencial. Con el paso de los años, los pilotos han ido perdiendo influencia en esa combinación de factores, pero por fortuna aún cuentan y mucho. Precisamente por eso, cuando un equipo cree que ha dado con uno de esos corredores que le funcionan, intenta desactivar cualquier intento de posible fuga a la competencia.
Esa dinámica quedó clara hace un par de meses con Lando Norris y McLaren, que prolongaron hasta 2025 el acuerdo que habían firmado nueve meses antes. Hace poco más de un mes fueron Red Bull y Max Verstappen quienes se juraron amor eterno hasta 2028, en el contrato más largo de la historia del certamen. Este jueves, en la previa del Gran Premio de Emilia Romagna, en Imola, Ferrari hizo lo mismo al asegurarse continuidad de Carlos Sainz hasta finales de 2024, ampliando dos temporadas más el vínculo que expiraba el próximo 31 de diciembre.
El director de la escudería, Mattia Binotto, presumió este jueves de la prolongación de contrato del piloto madrileño: “He dicho en varias ocasiones que creo que tenemos la mejor dupla de pilotos de la Fórmula 1″. Y añadió: “Parece un paso natural extender el contrato de Carlos para asegurar la estabilidad y continuidad. En su tiempo en el equipo hasta la fecha, ha demostrado tener el talento que esperábamos de él, dejando impresionantes resultados y sacando el máximo de todas las oportunidades”.
Esta maniobra estaba más que cantada desde hace meses y cualquier otro desenlace habría escapado a toda lógica imaginable. Por ambas partes. En su primer año enfundado en el mono de la Scuderia, el madrileño, de 27 años, superó a Charles Leclerc, su vecino en el taller de los bólidos rojos, en su trayectoria hacia la quinta plaza del Mundial, su mejor resultado en el campeonato, solo por detrás de los inalcanzables Red Bull y Mercedes. Esta temporada ha empezado de la mejor de las maneras para Ferrari, que copó las dos primeras posiciones del podio en la carrera inicial, en Baréin, volvió a repetir con sus dos pilotos en entre los tres primeros en Arabia Saudí (ganó Verstappen); y tiene en Leclerc, ganador también en Australia (Sainz abandondó) al líder del Mundial.
Con la ampliación del contrato del madrileño, la marca de Il Cavallino Rampante se asegura a su alineación titular hasta la misma fecha, una mera coincidencia si se quiere, pero que de forma innegable fomenta la igualdad de roles entre ambos lados del garaje. Con esta operación, Sainz verá considerablemente mejoradas sus condiciones y especialmente su sueldo, que en 2022 rondó los ocho millones de euros.
Desde que debutó en el Mundial en 2015, de la mano de Toro Rosso –ahora Alpha Tauri– y con Verstappen como compañero, Sainz se las ha apañado para ir mejorando siempre su versión anterior. El español ha ido creciendo a medida que también ayudaba a que lo hicieran los equipos que defendía. Prueba de ello es su innegable ayuda en el resurgimiento de McLaren, que se fio a él y le ofreció el primer contrato multianual de su vida. “La gente no sabe la presión que te quita eso; el hecho de no tener que estar calculando los riesgos en un adelantamiento, por la posibilidad de poner tu trabajo en riesgo”, reflexionaba el chico, antes de empezar como un tiro este 2022. Ferrari ha ido incluso un poco más allá, hasta el extremo de elegirle a él para que pilote un monoplaza que hace menos de una semana se mostró como el más afilado de la parrilla.
Quedan por disputarse todavía 19 de las 22 citas que configuran el calendario, pero la tropa de Maranello cree haber dado con la tecla que permitirá a la estructura más universal del mundo de las carreras volver a optar a un título. Tanto por el potencial del F1-75, como por el de quienes lo conducen.
